Tal vez ahora tu alma
Revolotea como cachorro de abeja
o respira con el ritmo de las cigarras.
Si ahora tu cuerpo no teme
la afrenta
de una justicia
que no te toca más
y sólo la nariz fría sobresale aún
de la sábana,
nos perdonarás a nosotros
que no hemos entendido
que nos dejabas.
Y si muriendo has abierto puertas
que en vida te fueron cerradas,
las puertas que tu en vida
has cerrado o abierto
te sean ligeras, y no turbe
tu sueño
un destino que te has buscado
y nunca has deseado.
Reposa en paz
come pedías
después del último desembarque
de tu vida.
Lo que no olvidaste
te sea devuelto
y que el instante eterno
tenga el color
del reposo del mar:
sereno.