Cada grupo sujeto a la nomenclatura
y al poder de crear imágenes de una cultura
dominante corre el riesgo de una fragmentación
mental y necesita un arte para poder
resistir.(1)
“Hola Dago, ¿sabes qué ruido hacen dos neumáticos italianos? Wop, Wop!!!”
Greaseball, Wop, Dago, Spic(2), como ser llamados Niggers(3) Llegué al Midwest en 1959 sin saber una palabra de inglés. En la escuela media Woodrow Wilson lo mejor de la juventud anglosajona me llevaba de la mano de un aula a la otra. El Director temía que yo desapareciera para volver a casa de alguna manera. Después de seis meses aprendí a jugar a fútbol. Como otros que procedían de Italia del Norte, era alto y fuerte ante los ojos del entrenador. Además, necesitaba uno capaz de chutar la pelota de fútbol. El racismo étnico no existía en esa era pre-Camelot. Cada uno vivía en su barrio sin quejarse, sin crear problemas. Llegaron los años 60 y explotó el infierno. Apenas terminado el liceo en 1964, llegó también mi primer colapso nervioso. ¿Por qué me sentía tan excluido? A paladas he cargado carbón en los altos hornos para pagar los gastos universitarios: por primera vez vivía solo
Veinte años después: “A propósito, Nick, todavía hablas en forma extraña, pero a este punto creo que lo sabes.” Gracias, amigo. Pienso que para mí ha llegado la hora de volver a casa. Pero ¿dónde está mi casa? No cerca de Chicago, no en el centro de Indiana y Venecia cuesta demasiado. Volveré a Vigo. Así lo hice en 2001. Compré un mini piso en la plaza del pueblo. Pero, hay un problema: me llaman el americano. Maldición!! He nacido y crecido en este bendito pueblo de montaña desde donde me fui a los 15 años. No pertenezco ni a aquí ni a allá. ¿Qué significa pertenecer? ¿Quiere decir no tener ninguna patria a la que puedas llamar tuya? ¿No poseer nada? ¿Ir como un vagabundo de una estación a la otra en un tren que no llega a ninguna parte? Otro amigo americano me había preguntado si sabía por qué los italianos se llamaban Dagos. Le contesté que no, y él: “Porque van por aquí,.......... van para allá, ......... van para todas partes salvo volver al lugar de donde han venido.....”
APOSTILLA: EL POETA EN LA TIERRA DE NADIE
¿Por qué escribir poesías en tres idiomas: ladino, italiano, angloamericano? Para mí no es una libre elección estética, sino una necesidad imperativa existencial. Alguien ha dicho que el poeta habita la tierra (o mejor dicho, las tierras) de nadie, vive in limine, en los márgenes. Tal vez es él/ella el emarginado(a). Si esos territorios “liminales” usan códigos lingüísticos específicos, el artista escoge uno solo y descarta los demás (creando laceraciones psíquicas irreparables) o sigue el impulso innato que acompaña el nacimiento y maduración de cada texto poético. Nunca sé, cuando nace un verso dentro de mí, qué lengua escogerá para expresarse. No puedo hacer otra cosa que escuchar y transcribir. Pero, a este punto, afloran varios retos. Escribe Mia Lecomte , en la originalísima antología Ai confini del verso. Poesia della migrazione in italiano (En los confines del verso. Poesía de la mgración en italiano), “El mundo hoy es algo con inciertos confines espaciales y temporales, que una inmensa masa de individuos precarios atraviesa empujada por la necesidad, por exigencias de todo tipo, sobre todo primarias, vitales, pero también más sofisticadas, privilegiadas. .... Los escritores, los poetas, y primeros entre todos – en cuanto a experiencia – los emigrados, saben que no se pueden considerar ciudadanos de un mundo, su mundo, que cesa insistentemente de ser, y ahora más que nunca reconocen como planeta de elección sólo a la literatura, y como único pasaporte todavía válido a aquel que les identifica y les representa como ciudadanos de la literatura”. Por esta razón, los poetas emigrantes en particular (entre los cuales me encuentro) operan en un contexto siempre móvil, incierto, en evolución/revolución. Ciudadanos de ningún territorio, se vuelven ciudadanos del planeta. Obviamente su perspectiva es diferente a la de los poetas “sedentarios” que poco o nada se mueven (por necesidad o elección) de lengua a lengua, de cultura a cultura. Aquí está la paradoja, ya que, continúa Mia: “La escritura, narrativa y poética, es un hacer, que significa sobre todo tratar de construir el propio lugar, el propio hogar, un universo de alguna manera parecido en el cual encontrar una razón para existir.” ¿Cómo es posible hacerlo si se vive en una realidad que cambia continuamente? El poeta emigrante “sabe, de modo más real y doliente que cualquier autor residente, que los mundos que con él y a través de él se cruzan, no son los que ha recorrido y en los cuales se ha establecido, sino el lugar interior de la propia invariada ajenidad hacia el mundo exterior, y ese exterior de la integración siempre posible y siempre contradicha.” Esta es la fuerza originalmente creativa del escritor sin fronteras: es este el empuje que renueva la lengua madre. Vuelvo a mi caso en particular. Nacido en Vigo di Cadore y emigrado a los Estados Unidos a los quince años, mi lengua madre, mi petel (4) “zanzottiano”(5) ha sido y sigue siendo el ladino del Centro Cadore. Completados los estudios liceales y universitarios en los Estados Unidos y habiendo vivido en el Midwest estadounidense hasta el año 2001, mi lengua de adopción fue el angloamericano. Pero durante toda mi estadía en la otra parte del océano he seguido leyendo, escribiendo, hablando italiano: luego en los años 80 comencé los estudios para un Master’s Degree en lengua y literatura italiana en la universidad de Chicago – diploma obtenido en 1991. Por esto el italiano también es una lengua madre/madrastra. Non he podido elegir, como han hecho algunos escritores emigrantes, “cancelar” una lengua para favorecer a otra. Mis raíces lingüístico-culturales son tres: negar una en favor de la otra crea en mí un desdoblamiento esquizofrénico intolerable y destructivo. Mi realidad es bastante diferente a la de Fernando Pessoa. Él eligió voluntariamente crear sus heterónimos (pero siempre usando el portugués) mientras que para mí, hacer una elección, aunque fuera sólo lingüística, era impensable. De todos modos, las poesías nacidas en la lengua determinada (ladino, italiano, angloamericano) proponen una identidad específica, incluso cuando sucede el incesante bleed-through que altera – tanto en modo positivo como negativo – el texto/contexto del verso. Para mí no hay escapatoria de esta realidad, o al menos no he encontrado alternativas hasta ahora. Cierro con estas palabras de Mia Lecomte: “Los poetas, como los pájaros, se reconocen por los sonidos que emiten..... En el caso de los poetas emigrantes, la dificultad es dúplice: para ellos se trata de recrear en la lengua adquirida.... las musicalidades de la lengua madre, la orquestación general de su propio bagaje cultural. Y luego, definir el solo remodulando la propia respiración con la conciencia de las nuevas sonoridades, exteriores e interiores, representativas del nuevo universo del que forman parte y de lo que en él se han transformado.” Sin una patria específica, me identifico ciudadano del mundo a través de la diáspora y de la poesía.
Adeodato Piazza Nicolai, nace en Vigo di Cadore (BL) en 1944 y emigra hacia los Estados Unidos en 1959, es poeta, ensayista y traductor. Se licencia en 1969, obtiene el Master of Arts en la Universidad de Chicago en 1986. Ha trabajado durante treinta años en la Inland Steel Company de Chicago. Autor de cuatro volúmenes de poesía: La visita di Rebecca (La visita de Rebeca) (1979), I due volti di Janus (Los dos rostros de Janus) (poesías y traducciones, 1980), La doppia finzione (La doble Finción) (Introducción de Rebecca West, 1988) y Diario ladin, poesías ladinas traducidas al italiano y al inglés (Introducción de Giulia Niccolai y Epílogo de Luciano Zannier, Grafica Sanvitese 2000,). Sus poesías han sido publicadas en la edición trilingüe de la antología americana Via terra. An Anthology of Contemporary Italian Dialect Poetry (Via Tierra. Una antología de la poesía dialectal contemporánea italiana) (Legas 2000), mientras que sus traducciones de poetas dialectales (entre los que se cuenta Pier Paolo Pasolini y Biagio Marin) están presentes en la antología Dialect Poetry of Northern Italy (Poesía dialectal del norte de Italia) (Legas, 2000). En el año 2000 ha traducido el poema de Luigina Bigon Cercando "O" (Buscando “O”) seguido de un ensayo crítico, y en 2002 ha traducido Saccade, poesías de Cesare Ruffato; en 2004, la antología en versos Vajont. Padova e i suoi artisti (Vajont. Padua y sus artistas), un libro de cuentos de Enrico Rossaro y el poema Sequenza friulana(Secuencia friulana) de Marilla Battilana. Está traduciendo varios poetas del italiano al inglés y del angloamericano al italiano y al ladino. De próxima publicación, Nove Poetesse Afroamericane (Nueve poetisas afroamericanas) y el volumen de poesías L'apocalisse e altre stagioni (El Apocalipsis y otras temporadas). Ha enseñado literatura italiana y americana en la universidad de Purdue Calumet, Indiana, EE.UU.; ahora vive en Italia, donde escribe poesías, hace traducciones y realiza talleres sobre el ladino del Centro Cadore, donde es miembro del Comité Científico del Instituto Cultural Ladino de las Dolomitas de la zona de Belluno.
(1)Adrienne Rich, Blood, Bread, and Poetry: Selected Prose 1979-1985, (Sangre, Pan, y Poesías Escogidas1979-1985), W. W. Norton, Nueva York, p. 175.
(2)Dago, Wop, Greasball, Spic… todos nombres despreciativos dados a los inmigrados italianos en los Estados Unidos. Ver el libro de Gian Antonio Stella, L’orda: quando gli albanesi eravamo noi (La horda: cuando los albaneses éramos nosotros) (Rizzoli, 2002). “Dago, tal vez, es el apodo hostil más difuso e insultante en los países anglosajones... hay quien dice que viene de they go, es decir, se van.” De ahí la malicia implícita contra los emigrantes que van a todas partes salvo volver a Italia. Wop, sigue Stella, es un acrónico que significa Without passport ( (W.O.P =WithOut Passport), es decir, inmigrantes ilegales, sin documentos. El chiste de los neumáticos que hacen Wop …Wop obviamente tiene que ver con el sonido onomatopéyico hecho de ruedas semi-infladas sobre el asfalto. Greaseball, literalmente, una pelota de grasa, se refería tanto a los cabellos llenos de vaselina de los inmigrantes italianos, tanto a su supuesta falta de higiene, a su suciedad.
(3)Niggers, sobrenombre hostil más insultante usado contra los afro-americanos.. Nigroes : en español la palabra significa Negros, en cambio Niggers sería como decir Negro inmundo.
(4) (N.d.T.: en el Alto Véneto petel es el lenguaje cariñoso destinado a los niños)
(5) (N.d.T:) recordando el estilo y la figura del poeta escritor italiano del novecientos Andrea Zanzotto)