En mi ciudad, en Nablus, los taxis son numerosos y las licencias han sido siempre liberalizadas. Nunca nadie ha protestado marchando por la capital. El tío con una sola licencia tenía dos taxis. Cuando tuvo un poco de dinero compró un tercer automóvil, pero no logró encontrar a una persona lo bastante honesta como para confiárselo. Fue así que el Mercedes 190 de color gris se quedó detenido en el garaje en la esperanza que su hijo mayor sobreviviera a la ocupación y pudiera conducirlo.
En mi país no existe el taxímetro, la tarifa tiene que ver con la distancia que hay que recorrer, la edad, el sexo y el tenor de vida del pasajero. A menudo puede suceder que se lleve a una persona gratis. Normalmente es el sexto pasajero, ese que tiene que viajar ovillado o casi de pie entre los dos asientos. A veces, pero raramente, sucede que haya algún pasajero forastero, entonces todo cambia radicalmente: los taxistas, después de haber obtenido rápidas informaciones sobre el destino y la forma de pago (dólar, divisa local o dinar jordano, éste último es el preferido porque no es variable como los otros dos), echan a la suerte quien será el suertudo que llevará al huésped a recorrer la ciudad. Generalmente, la elección cae sobre el coche más nuevo y el chofer que habla algo del idioma extranjero. Así, el coche zumba por las calles estrechas y polvorientas con a bordo el único pasajero; en ningún caso, ni siquiera para las emergencias, está permitido a los autóctonos subir en compañía del extranjero. Esto se hace para que no se sienta a disgusto ni el extranjero ni la gente local. En Nablus, el seguro del coche está casi eliminado!! Son pocos los privilegiados que pueden permitírselo; los demás exponen un falso cupón amarillo con un número y la fecha de vencimiento anual. No son estúpidos mis compatriotas!! En caso de accidente con culpabilidad, levantan las manos a los cielos y te llevan a su casa a ver la foto del mártir de turno y el número de familiares que tienen que alimentar. Tienes suerte si no te reclaman los daños!! Las partes de recambio generalmente nunca son originales y, a veces, pertenecen incluso a otra marca automovilística. Es para ahorrar tiempo y dinero. Por esto los taxis nunca tienen un solo color y nadie se fija en los coches multimodelos y multicolor en circulación. Últimamente los taxistas exasperados han expuesto un aviso donde ruegan a los pasajeros que entreguen sus armas antes de subirse; “por vuestra seguridad y comodidad” dice un cartel bilingüe, árabe y hebreo, para mayor claridad. Son pocos los que no se fían y prefieren ir a pie, mientras que son muchos los que se olvidan de recoger las pistolas y las metralletas. Los chóferes han establecido un plazo de treinta días antes de rematar el arsenal olvidado, así, un poco para redondear y un poco para mover la economía local en miseria por culpa del embargo internacional.
¿Qué decir de los abogados? Ninguno de ellos nunca ha pensado en pedir el pago de sus honorarios ni de hacer huelga, todo es gratis!! Además, porque es imposible ganar un juicio contra la fuerza de la ocupación, no son ingenuos mis compatriotas!! Ni siguiera el abogado Mason hubiera sido capaz sin un jurado!! De todos modos, es un buen “gimnasio” para hacer práctica y de trabajo hay demasiado.
En Nablus es mejor no enfermarse de enfermedades serias. Si es absolutamente necesario, entonces es preferible contagiarse sólo con las de temporada, no tanto por lo que cuestan, no todos mis conciudadanos son pobres, sino porque todavía no tenemos los supermercados y las pocas farmacias que todavía están abiertas tienen los cajones y los armarios desoladamente vacíos. Muchas medicinas se hacen en el momento, en forma artesanal: presentando la receta, firmada por el médico, el farmacéutico en la trastienda combina todos los elementos necesarios, mezclando especias y polvitos milagrosos; cada dosis es escrupulosamente pesada en antiguas balanzas de precisión, nunca se sabe, es mejor reducir los efectos colaterales para no correr el riesgo de no poderlos curar y perder de este modo el mágico prestigio. Todos confían sin dudas ni lamentos porque no les queda otra cosa que hacer: es mejor morir asistidos que enfermos!!
En Nablus, en la ciudad vieja se puede encontrar de todo, pero absolutamente de todo! Hay muchos puestos para la venta al detalle de dientes usados. Cada cliente puede probar y medir los diferentes modelos de dientes y de dentaduras postizas disponibles, escogiendo lo mejor para su boca o para sus bolsillos.
En Nablus desde siempre, todo ha sido liberalizado, pero paradójicamente la gente sigue teniendo menos que nada y, a pesar de esto, encuentra la manera de sentirse satisfecha. Falta sólo una cosa: el Estado. Tal vez por esto la gente no protesta inútilmente, no hay una capital hacia la cual marchar. Además la población sabe perfectamente bien que ningún Estado democrático y liberal habría garantizado iguales derechos para todos. El presidente Abu Mazen en su gira electoral ha tratado de explicar la importancia de la democracia, pero alguien le ha disparado. No han apreciado el gran número de guardaespaldas y le han manifestado que no se puede hablar de libertad y de democracia donde todavía no se ha reconocido el derecho a la vida. Mis compatriotas están cansados de las promesas sobre un próximo futuro mejor, quizás por esta razón viajan a menudo en alegres taxis multimodelos y multicolores que para ellos representan el único lujo y la libertad. Es como viajar sobre las notas de Miles Davis aunque no lo hayan escuchado nunca!!
Traducido por: A. M. Gabriela Bustamante Escobedo