«Policheni Bruno, De Campos Araujo Manuel y Rossi Mauro! Id inmediatamente donde el Director!»
La bedela Janet tiene la cara de circunstancia porque sabe que nos está dando la mala jugada del día. Hemos sido convocados. “Péndulobello” quiere hablar con nosotros.
La Profesora Littlepérdidas pone los ojos en blanco y se despide: “GOOD luck, boys!” con su habitual sonrisa de “arrenglénselasolos”. A ella le gustaría incluso un encuentro mortal con nuestros padres del tipo uno-conta-todos, en vez de esos cinco minutos con “Péndulobello”.
Stittix y yo fuimos los primeros en entrar en la cueva del Sr. Director que nos espera mojándose el labio péndulo. Por último entra Black Dante, alias BiDi, nuestro portavoz. El contraste entre la piel negra y el acento seminarista provoca su buen efecto.
«Muy bien, muchachos!! Siéntense!! Mmm… Bueno, cuéntenme, ¿por qué este mm…. cuestionario? ¿Por qué esta proeza sociológica? »
Habíamos propuesto un cuestionario de sondeo y ahora es el momento de la Gran Decisión del Péndulo.
«Sr. Director, nosotros estudiantes extranjeros, hijos de inmigrados o de parejas mixtas somos una realidad en nuestra Escuela, como en nuestro país, por lo demás. Por esta razón, hemos pensado distribuir este cuestionario para evaluar, en base a las respuestas.....»
«¿Evaluar?»
El péndulo recién lamido comienza a oscilar cargado de ese sarcasmo de matusalén cuando le disparas la palabra que no digiere. «¿Han dicho evaluar?»
«Cierto, evaluar. Evaluar opiniones, expresar pensamientos sobre el futuro, comparar estilos de vida, opiniones sobre la integración, las relaciones con los compañeros de escuela y con los profesores, como se vive en esta condición de estudiante extranjero, las amistades, las resistencias, los prejuicios, las discriminaciones.....»
«¿Es decir? ¿Ir a preguntarles a los extra-comunitarios si se sienten discriminados? En otras palabras, si nosotros somos racistas ¿verdad? Están haciendo una pesquisa sobre el llamado racismo ¿no es así?»
«También. Si efectivamente existe, ¿por qué no, Sr. Director?»
«Pero, ¿se lo han pedido ellos? Les han pedido sus compañeros de clase extra-comunitarios que hagan este cuestionario? ¿Ha partido de ellos esta iniciativa?»
«Director, la iniciativa es completamente nuestra!!»
«¿De Uds.? Es decir ¿de Uds. tres?» Nos examina, aliviado. «Entonces, muchachos, no entiendo por qué quieren incordiar»
«Incordiar?»
BiDi empieza a tomarle el pelo. Repitiendo.
«Sí, incordiar, molestar, revolver el carbón ardiente. Si están bien así como están, si se sienten tranquilos, felices, serenos, en resumen, si nuestros extra-comunitarios se comportan bien, ¿qué necesidad hay de …»
«¿Incordiar?»
«Exactamente!! Estos muchachos están ahí, no se quejan, no se meten con nadie y no molestan a nadie. Salen de la sala de clases poco, lo estrictamente necesario para ir al baño, y, a veces, ni siquiera eso, tranquilos, serenos y sosegados. Entonces, díganme, ¿que necesidad hay de ir a molestarles con preguntas tipo “¿Están contentos o no?” “¿Los demás son racistas con ustedes o no?” Bah! ¿Qué les puedo decir? »
«Y ¿que propone Ud., Sr. Director?»
«Pero, chicos, ¿por qué tenemos que tirar piedras contra nuestro tejado? ¿Alguien nos ha pedido que hagamos esta encuesta? ¿Investigar? ¿Intrusear? ¡No!»
«Sí, pero sabe Sr. Director, esta es la cuestión!!»
«¡Escúchenme! Uds. son muchachos y se quieren divertir. Se quieren divertir ¿no? Bueno, entonces, su Director se preocupa de que se diviertan. Hay una propuesta de dos días de retiro espiritual en la costa. ¿Qué les parece? ¿Ustedes tres? ¿El “equipo sociológico”? Es todo pagado, autorizado y, además, les abona créditos escolares!! Pero, un consejo, yo a los extra-comunitarios de nuestra escuela, les dejaría en paz.»
Stittix ya estaba por aceptar. Intervengo in extremis.
«Gracias, Sr. Director!! Pero queríamos observar que si nuestros compañeros no hablan con nadie, si no se meten con nadie, algún motivo habrá. Ve, no es muy normal para nosotros jóvenes....»
«Sí, sí, lo entiendo. Pero ¿saben que es lo que es? ¿Saben cómo se llama esto?»
«¿Qué cosa, Sr. Director?»
«Se llama racismo al revés!! Lo que Uds. quieren provocar con este cuestionario es justamente el racismo al revés!!»
«¿Racismo al revés?»
«Sí, exacto!! Entonces, ¿quieren ir a este retiro espiritual en la costa? Es con todos los gastos pagados e incluso les da créditos escolares!!»
Nos reservamos de dar una respuesta definitiva “lo antes posible”. Nos despedimos y vamos al baño, con una mísera reflexión de dividir en tres.
«Stittix, casi estabas por ceder!! Eres un buen infame!!»
«Pero, ¿no podemos distribuir el cuestionario y luego ir a espiritualizarnos un poco a la Costa?»
«No. Esto se llama corrupción!!»
«Se llama que no hay un coño qué hacer, así se llama!!»
Nos baja a todos la depresión y BiDi, de negro-ébano, se vuelve ceniciento-humo de Boccea. Suena la campana para la segunda hora y salen todos de las aulas improvisamente. “Péndulobello” se enojará. Sucede de todo. Se acuestan todos en el suelo, en el pavimento de los corredores llenos de chicles y escupos, se acuestan todos, hombres y mujeres, una alfombra de gafados y de hijitos de papá, mezclados con los neutros, está incluso Palmo, el bastardo.
«¿Qué pasa, chicos?»
«Agáchate, Sfegats! Échate al suelo!!»
Me tiro, tanto no puedo ni siquiera caminar. Las profes se han quedado bloqueadas en las salas de clases y para salir tienen que pasar sobre nuestros cuerpos.
«¿Quieres uno?» Stittix me ofrece un chicle.
«Pero, ¿qué pasa? ¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué estamos todos tumbados?»
«Protestamos. Es un sit-in contra la guerra!! Han hecho correr la voz mientras nosotros estábamos donde “Péndulobello”.»
Al final del sit-in, pasa por las aulas “Péndulobello” amenazando que “tomará serias medidas”. Por hoy, la escuela ha terminado. Luego, frente a la parada del autobús, BiDi, Stittix y yo nos reunimos. BiDi tiene un plan.
«¡Escuchen! “Péndulobello” se ha asustado por el sit-in y está casi por reventar. Propongo que abandonemos por un poco la idea del cuestionario, así se tranquiliza. Organicemos una fiesta!!»
«Es una chorrada!!»
«Organicemos una fiesta intercultural con historias de inmigración, cantos, bailes y comida multiétnica. De esta forma no aceptamos el compromiso del retiro espiritual en la costa, no hacemos enojar a “Péndulobello” y lo mismo hablamos de racismo.»
«Bien!. Una buena lamida de culo al paternalismo!!»
«En cambio, a mi me gusta!! Sí, hagamos esta fiesta. Invitemos también a los “fathers”. Podríamos también entrevistarlos. Que hacían antes de emigrar, por qué están aquí, las dificultades que han encontrado, el permiso de residencia, el primer trabajo. Mi viejo, por ejemplo, era contador!!»
Ahora, aquí trabaja como camarero.
«Y tu mami, Sfegats?»
Me subo al bus un poco con la moral por el suelo. El scooter me lo han robado. No, no quiero hablar de mi vieja, ha entrado definitivamente en el túnel y no sale más. Fríe albóndigas, come, engorda, llora. Abro la ventanilla para respirar un poco de aire de la calle, apesta a catalítica, diesel. Un día rayado por “Péndulobello” y sin scooter es un día perdido profundamente. Pero, si me pongo a pensar, ¿qué es lo que hacía mi vieja? El scooter me lo han robado y el seguro es una de esas compañías telefónicas que dice “gracias-por-habernos-llamado”.
Mi mami me observa de punta a cabo apenas entro, entiende que todo está yendo mal y vuelve a la cocina. En la mesa me esperan los habituales espaguetis. Los pruebo, como siempre, por costumbre. Son años que está aquí y todavía no ha aprendido a cocer la pasta.
«¿Por qué no comes? ¿Estás a dieta? ¿Quieres adelgazar? ¿No te gustan los espaguetis? ¿Están recocidos? ¿Como te fue en la escuela? ¿Te han interrogado?»
Logra hacer todas estas preguntas sin esperar las respuestas. Siempre las mismas.
«Ah, mami, ¿sabes cuántos racismos hay?»
«Hice las albóndigas!! Pruébalas!!»
«Sí, ya lo sé. Con cebolla y ajedrea»
«¿Por qué lo sabes?»
«Me lo ha dicho tu bata!»
Se levanta ofendida, tiene los ojos llorosos.
«Bueno, pero no se puede ni bromear ahora!!»
Me como los espaguetis recocidos en silencio. Es mejor.
«Entonces, ¿qué me decías del racismo?»
«Hoy, el Director nos ha enseñado el racismo al revés. ¿Quieres saber cómo es? Es cuando vas a entrevistar a una víctimas y le preguntas: “Algunas vez, ¿has sido víctima del racismo?” Esto es racismo al revés.»
Tiene el mismo perfume de la Profe Littlepérdidas, mi vieja, pero el buqué de frito la vuelve más materna. Ha llegado la hora de hacerle la fatídica pregunta.
«Oye mami, ¿qué hacías por allá?»
«¿Qué? ¿Dónde?»
«¿En qué trabajabas cuando estabas allá, antes de llegar aquí?»
«¿Cómo se te ha ocurrido esta pregunta?»
«Así, no más!! ¿No te quejas que nunca te pregunto nada sobre ti? Bueno, ¿qué hacías allá? »
«Beh, no me creerás!!»
«¿Por qué? ¿Es tan tremendo?»
«No, pero igual no me creerás!! ¿Apuestas que no me creerás? »
«No me lo digas, si no se puede decir!! Por favor, mamá!!»
«Se puede decir. Es sólo que no me creerás. Trabajaba como DJ!»
Efectivamente.
«¿Que te decía? No me crees. Trabajaba como Disc Jockey en una radio que se llamaba “Los Kallikanzari” La administrábamos nosotros, nuestro grupo. La radio la había creado el papá radioaficionado de una amiga mía. El grupo también se llamaba “Los kallikanzari”. ¿Sabes qué quiere decir? Eran criaturas ….»
«No te des a la antropología, mami, cuéntame de tu trabajo como DJ!!»
«Formaba parte de un trío cómico, transgresivo y malhablado. Inventábamos chistes, sketchs, sátira, parodias, de todo. Yo era la jefa. Donde íbamos, teníamos éxito, había una multitud. Si había una fiesta y nosotros no íbamos, no iba nadie!! Sin nosotros, el desierto!! »
«Es una larga historia, ¿ah?»
«Tú me la pediste!!»
«Pero, la haces edificante. Y con el mensajito final!!»
«No te la estoy malvendiendo. ¿Quieres saber la historia de Los Kallikanzari o no?»
«Luego.»
Por hoy, de edificante me es suficiente “Péndulobello”. Antes, mi vieja no era así. Ahora es sólo mensajes y albóndigas. Busco a los kallikanzari en la red.
“Criaturas malvadas y socarronas, siempre en vilo entre el desaire y la burla, encarnaban a antiguas divinidades menores e infestaban los países mediterráneos, decididas a no desaparecer nunca.”
«Chao mami! Salgo!!»
«¿Dónde vas?»
«A estudiar con BiDi. Tenemos que hacer una tesina de historia.»
BiDi y Stittix me están esperando masticando esos malditos cashews. Disparo la noticia.
«Mi mamá trababa como Disc Jockey!!»
Stittix se quedó de una pieza. BiDi comenta.
«Una DJ prehistórica!! El Deus ex machina de la fiesta!! ¿Se dan cuenta? Encontremos algunas canciones de los años 60 y 70, de sus tiempos, y ellas puede hacernos de animadora. Éxito seguro!!»
«No, absolutamente. Mi vieja ha engordado!!»
«Le haces hacer una dieta.»
«Está todo el día en la casa con una bata hedionda!!»
«Haces que se duche y la llevas a la esteticista!!»
«No se necesita la esteticista sino una grúa. Los senos le llegan a las rodillas!! No está presentable mi vieja!!»
«Probemos en “Ri-Kama” de Emy! Patrocina Stittix!
«¿Es decir?»
«Compramos donde Emy un regalito para tu mamá. Patrocina Stittix!»
Emy es la ex de Stittix y trabaja como vendedora en una tienda de ropa interior sexy que se inspira en la sabiduría antigua. A Stittix se le cae la baba. Emy trata de convencerme «Amorcito, “Anàbasis” no es un sujetador, es la hi-tech de la lencería!! Mira!! Está relleno con cristales líquidos, la altura de las copas se puede regular y, además, tiene un manómetro para el equilibrio de la presión interno-externo!!»
«Y ¿qué hace mi madre? ¿La submarinista?»
BiDi interviene.
«Se lo pone, bota la bata, se viste, se perfuma y se sacude la pereza!!»
«Pero, por favor!!»
«Para nuestra fiesta intercultural sirve una DJ. Ella es perfecta!! Tiene experiencia. Tiene que ayudarnos!!»
«¿A quien? ¿A ustedes?»
«A ti, su hijo!!»
«Y ¿qué tendría que hacer?»
«Lo que sabe hacer!!»
«Las albóndigas!!»
«La DJ!! Hará la Disc Jockey!! Presentará las canciones de su tiempo, pero mixadas. Las mixa Stittix! Las presentará como lo hacía entonces!! La gente se volverá loca!! Redoble de tambores: “Good evening, ladies an’ gentlemen! We’re featuring here tonight the Queen of Rock ‘n’Roll! And when I say the Queen, I mean her Majesty the DJ!”»
«Wow!»
« Pero, ¿qué estás diciendo? ¿Qué gente?»
«Es una fiesta intercultural ¿no? Invitamos a nuestros padres a la Escuela, y nos contarán qué es lo que hacían en su patria. Luego habrán canciones, bailes, comida multiétnica... »
«¿Y mi madre se presentará con ese mecanismo encima? Váyanse a la mierda!! » Ahora me he enojado, realmente. Vuelvo a casa a pie. BiDi me manda un sms: “En 2h bajo tu casa” Le respondo. “Y ½. Está Drilo.”
Si no irrito a Drilo, tal vez logre escaparme luego. Antes de bajar al garaje, me pongo ese par de pantalones viejos que le gustan tanto. Son tres años que me los pongo sólo para ir donde él y luego me los saco. Nunca se ha dado cuenta.
En el garaje, que insiste en llamar “taberna”, Drilo ha colocado los viejos muebles de fórmica que heredó de sus padres. Comemos todos aquí, en la “taberna”, luego él se queda dormido en el sillón roto del abuelo. Prácticamente vive aquí, rodeado por la fórmica de su infancia.
«Hola, papá!»
Drilo se prepara para caer en letargo frente a la TV. No se percata de nosotros, pero impone la regla que tenemos que comer todos juntos, a la misma ora. Es el principio lo que cuenta. Estamos en el segundo noticiero. Sigue tres o cuatro cada noche y se informa. Mi vieja quiere conversar y, como siempre, me vampirisa.
«¿Como te fue donde BiBi (!!??)? ¿Han estudiado?»
«Sí, pero no hemos terminado. Tenemos que continuar la tesina después de comida. ¿Quieres que te ayude con los platos?»
«No, no importa!! ¿De qué tesina se trata?»
«De historia, mamá!! Ya te lo dije!! “Describe un personaje de tu vida cotidiana que se parece a un personaje histórico” ¿Puedo irme?»
«¿A dónde? Siempre donde BiBi (!!??)?»
«Sí, mami. La tesina quedó a mitad y la tenemos que entregar mañana por la mañana. Y no se llama BiBi! Se llama BiDi! Las iniciales de Black Dante! Bi-Di!»
Por fin!! Estamos ya en la despedida. En vez no, Drilo, todavía en letargo, abre lentamente un ojo.
«¿Para dónde vas?»
Hay que tratarlo con cuidado si está dormitando porque puede abrir un ojo y volverlo a cerrar tranquilo, o bien, te puede comer vivo con un solo movimiento. Responde mi vieja.
«Va a estudiar»
«¿A dónde?»
«Donde su amigo!! Se llama BiB…eh, BlackD…eh Black Dante!»
«¿Black qué? ¿Y quién es?»
«¿No te acuerdas? Es su amigo. Su compañero de clase, el chico de color que frecuenta.»
«Y ¿por que frecuenta un chico de color? ¿Se terminaron los blancos?»
Este es el humorismo de mi padre, Drilo, diminutivo de Cocodrilo. Pero estoy a salvo. Stittix y BiDi me esperan afuera, en el convertible de la hermana de Stittix.
«Muchachos, no se habla más de mi vieja!! Absolutamente no!!»
«Súbete!!»
«¿Qué pasa? ¿Para dónde vamos?»
Stittix parte haciendo chirriar los neumáticos. BiDi explica el plan.
«Escúchenme bien. La idea me vino cuando no quería contar qué trabajo desempeñaba tu mamá.»
«Dime, ¿dónde quieres llegar? Ya se me están hinchando…. »
«A putas!! Patrocina mi padre!»
«Calma, calma!! ¿Estás haciendo alguna maldita alusión?»
«Tranquilo!! No has dicho que tu mamá no quiere participar en la fiesta? Eh, beh, la idea alternativa es buscar una prostituta que interprete el papel de tu madre!! La escogemos justa, le explicamos todo, le pagamos y le pedimos que se presente a la fiesta como tu madre!! ¿No has dicho que tu vieja está en el túnel? ¿Qué está en completa depresión?»
«Bastardos!! ¿Y por qué tienen que buscar una puta para que interprete a mi madre?»
«Porque no nos podemos permitir una graduada en el Actors’ Studio!! Y porque una mamá DJ extra-comunitaria es algo espectacular!!»
«Mi mamá trabajaba como DJ, no como puta!!»
Nos estamos poniendo de acuerdo y hay una ligera brisa. Stittix se emociona.
«Ahí están, ahí están!!»
BiDi advierte.
«Descartemos las que son demasiado oscuras y las demasiado rubias!!»
«Yo no descarto a ninguna. Mira ésa!!»
«Escuchen!! Las demasiado claras y las demasiado oscuras hay que descartarlas!!»
«Pero ¿esto es racismo al revés o racismo clásico?»
«Pura estadística. Tu madre es castaña, más o menos como tú.»
«¿Y ésta? ¿Qué les parece ésta? Incluso está un poco pasadita, como la quieres tú, BiDi!»
«No!! Demasiado pasada!! Patética!!»
«Oigan, miren ésa!! ¿Qué piensan de esa morenita?»
«Demasiado ramera, no sirve!!»
La morenita se acerca al convertible y ofrece facilidades.
«Hola, chicos!! ¿Quieren un descuento? Sólo para estudiantes!!»
BiDi hace las presentaciones.
«Me llamo Manuel. Te presento a mis amigos, Bruno y Mauro. Pagamos bien, pero tenemos que hablarte antes!!»
Nos interrumpe bruscamente un señor distinguido.
«Nada de preliminares, muchachos!! El tiempo es dinero!! ¿Saben a cuánto ha subido el petróleo? Ayer, en Londres, el Brent ha superado los 70 dólares!! Digo, al barril!! Tienen que apurarse!! Sintéticos!! Las muchachas están cronometradas!!»
«Pagamos la tarifa doble, pero tiene que trabajar con nosotros en la tarde!!»
«Lo siento, para las horas por la tarde, tienen que hablar con el Cash Manager!!»
«Está bien, discúlpanos!! Será para otra vez!!»
«¿No quieren hablar con el Cash Manager?»
«Será para otra vez. Adiós, discúlpanos!!»
La morenita y el señor distinguido se alejan comentando. “Qué pesados!!”
«Pero, ¿por qué la dejamos?»
«Tenemos que encontrar una profesional independiente, una que trabaja por su cuenta y toma decisiones en forma autónoma. No podemos explicar nuestro proyecto a todo el racket del Quadraro!!»
Las prostitutas se han acabado. Entramos en una calle sin salida. Stittix pierde la paciencia y detiene el motor.
«Basta, amigos!! Me retiro!! La idea de la fiesta es una gran cagada. No es para mí!! Primero el convertible, luego el sujetador submarinista y ahora el arriendo de la puta justa!! Basta!! Pero ¿no era mejor la costa?»
Un estertor. Un estertor humano sale de la rampa, tal vez venga del paso subterráneo.
«Shh, silencio!!»
«¿Qué es?»
«Silencio!! Hay alguien!!»
El estertor se escucha de nuevo, pide ayuda. Stittix se quiere ir, pero BiDi ya tiene el plan de acción.
«Tú, Stittix, quédate al volante y te deslizas muy despacio con el coche hacia el paso elevado. Luego detienes el motor y esperas listo para partir apenas nos veas. Sfegats y yo bajamos. Si nos sientes gritar, pide ayuda con el móvil!! Vamos!!»
Cuando estamos afuera del coche, ya no se escucha nada. Pero el estertor venía del paso subterráneo, estoy seguro. BiDi y yo nos metemos en el túnel. Aquí nos espera una hediondez de mierda paralizante, fuerte, como la oscuridad. Un montón de soretes, vómito y jeringas por doquier. Con Blacky nos tomamos de la mano, como dos mocitas en excursión.
«Sfegats, tengo miedo!!»
Me suelto y tiro a BiDi por los hombros. Una toma fuerte, de macho. Adentro de este túnel oscuro, asfixiante y de mierda, donde toda la ciudad descarga lo que le da vergüenza botar en los contenedores oficiales, yo, Sfegats el impávido, el que nunca tiene miedo, tengo un acojonamiento jodido y me faltan los hígados para confesarlo.
«Ay, Ay!!»
La voz se escucha ahora, claramente. Procede del centro del paso elevado.
«Mira!! Viene de ese montón!!»
No quiero llegar hasta ese montón que está ahí, no quiero ver quien se queja descargado en este montón. Si empezamos a correr estaremos luego en la otra salida. No importa si está más lejos, basta salir y no volver atrás. Salir y basta. Corro, quiero salir. BiDi está corriendo conmigo. El pavimento es resbaladizo. Pis y líquido merdoso quitan la respiración.
«Está aquí!! Mira!! Se mueve!!»
«Ay!! Ay!! Socorro!!»
El montón de inmundicia se mueve. Nos arrodillamos junto a la arena movediza.
«Ayúdenme!!»
«¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? ¿Te han disparado?»
La larva humana respira fuerte. No quiero tocarla.
«Socorro!!»
BiDi toma la larva por las axilas y yo por los pies, no, por las rodillas. Estamos volviendo al coche. Las rodillas de la larva están frías y se me resbalan de las manos. Aprieto fuerte.
«Ay Ay!! Me muero!!»
A la salida del paso subterráneo nos agrede el gran viento de la autovía de circunvalación. Casi nos habíamos acostumbrado a la mierda. Stittix nos espera listo en el coche y enciende el motor. Pero luego mira bien, baja del coche y camina hacia nosotros.
«Ayúdanos!! Rápido, Stittix!! Abre la puerta!! Se nos resbala de las manos!!»
«Pero ¿están locos?!! No quiero que esto suba al coche!! No lo cargo en el coche!!»
No le hacemos caso a Stittix y apoyamos a la larva en el asiento posterior. BiDi se sienta detrás con la larva, yo adelante.
«Parte, parte!! ¿Qué estás esperando?»
Stittix no parte y no habla. Pánico. Abro la ventanilla. Aire limpio. Parte.
«Ay!! Ay!!»
Pero la angustia queda.
«¿Dónde vamos? Quiero saber para donde vamos!! Díganme inmediatamente dónde vamos!!»
BiDi ha hecho un plan. Nos dirigimos hacia el Policlínico. La larva todavía respira.
«Pero ¿es un hombre o una mujer?»
«Y que se yo!! Un trapo!! Da vuelta a la derecha!!»
«¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?»
La larva no responde. Stittix conduce mudo por las calles vacías. Llegamos a la calle del hospital, que separa el barrio mío del de Stittix. Ya casi llegamos al hospital.
«¿Y que le decimos a los enfermeros?»
«Nada. Lo descargamos y listo.»
La larva empieza a gritar. El miedo del hospital lo está resucitando.
«Ay!! No!! Ningún hospital!!»
«No te agites!! Aquí te cuidan!! Hay médicos, enfermeras, medicinas!! Estás mal!! Necesitas cuidados!!»
«Ay, no!! Nada de hospitales, por favor!!»
Estamos llegando al espacio de aparcamiento frente al servicio de Urgencias del hospital. Stittix disminuye la velocidad. Un camillero en la aceptación nos sigue con la mirada, listo para intervenir.
«Ningún hospital, por favor!!»
«Ándale Stittix!! No te detengas!! Anda!! Parte!! Vámonos!!»
Nos movemos despacio, Stittix hace como que mueve el coche un poco más allá. Pero, volvemos a partir. Nos alejamos rápidamente. Vámonos!! Vámonos!! Cuando llegamos al aparcamiento McDillon, Stittix se detiene.
«Ehi, chicos, ahora basta!! Quiero saber qué es lo que estamos haciendo, hacia donde putas vamos. ¿Dónde lo botamos? No me importa nada si es hombre o mujer, si está vivo o muerto. Me han aburrido con sus iniciativas!! Si non me dicen qué es lo que estamos haciendo, les dejo aquí plantados y me voy!!»
«Calma, estamos razonando!!»
La larva se queja de nuevo. «Ay, ay!!»
«Ay, un par de cojones!!»
Decidimos llevarlo a mi casa, la casa de BiDi es una habitación y cocina, es más, es una cocina dentro de la habitación y viven cuatro: BiDi, el padre, la madre y la hermana más pequeña que trabaja cuidando ancianos por hora.
Llevamos a la larva a mi casa, al chalet. En la mansarda tengo una pieza con el tejado en declive con ducha y vista a los matorrales, toda para mí. Bajo primero y controlo todo, mientras Stittix se ha acercado con las luces apagadas. Entro al chalet y trato de no hacer ruido. La TV todavía está encendida en la “taberna”, esto quiere decir que Drilo está durmiendo tranquilo. Pero mi vieja está despierta.
«¿Llegaste? ¿Por qué tan tarde?»
«La tesina era difícil, mamá!!»
Hago la seña con la linterna y abro la puerta principal. BiDi y Stittix llevan a la larva para dentro y atraviesan el salón con las luces apagadas. En la escala su cuerpo se vuelve de plomo. En ese paso subterráneo de mierda, pesaba diez kilos menos.
«Aquí!! En mi pieza!! Déjenlo aquí!!»
La larva sigue quejándose mientras la descargan en mi cama.
«Oye, ¿no es que la hemos cagado?»
«¿Y qué? ¿A mí lo dices? El convertible todavía está lleno de mierda!!»
«Si Drilo se da cuenta, me bota a los matorrales!!»
«Ehi!! me da la impresión que hemos cargado un travestí!! De todos modos, si se hacen todos estos problemas, llevémoslo a mi casa!! Tengo espacio.»
«Gracias, Stittix, eres un hermano!! Pero no nos dejemos llevar por el pánico!! Saldrá todo bien!! Mañana veremos lo que hacemos. Se queda aquí provisoriamente, sólo por esta noche!! Cada uno de nosotros hará su parte, lo que pueda!! Sfegats, tú trata de que esté quieto por esta noche. Mejor, muéstrame las medicinas que tienen!!»
BiDi quiere estudiar medicina.
«Justo!! Esta está bien. Ni siquiera ha caducado.»
«Pero es el antihistamínico para la alergia de Drilo!!»
«Lo hará dormir como lirón. Ahora nos vamos, pero para mañana estará listo el plan de acción. Sfegats, eres grande!! Deberías haber visto cómo se lanzó dentro de ese túnel. Yo quería sólo volver atrás, él nada. Me ha dado un empujón y nos pusimos a correr por esa oscuridad de mierda!! Stittix, deberías haberlo visto!! Adiós, eres grande, impávido!!»
«Adiós!!»
Stittix y BiDi se van. Con la luces apagadas. La larva no se ya no se queja, pero tiene la respiración rápida, tal vez tiene fiebre.
«Agua!!»
Quiere agua, voy al baño y se la traigo… Mi vieja me llama, no se le escapa nada. Salgo al descansillo y cierro la puerta detrás de mí. Ella está frente a la puerta.
«Has traído a casa una muchacha, ¿no es así? ¿Sabes lo que tienes que hacer?»
«¿Qué?»
«¿Has tomado tus precauciones?»
«¿Qué estás diciendo, mami? ¿Cuáles precauciones?»
«¿Se quieren? He escuchado todo. Has traído una muchacha. Yo te entiendo, soy tu madre. También he sido joven. Trata, por lo menos, de portarte bien. ¿La conozco? ¿Conoces a su familia?»
Mientras estoy pensando cómo contestar, la larva empieza a quejarse de nuevo.
«Ay, ay!!»
«¿Qué le has hecho? ¿Por qué se queja?»
Mi vieja está asustada, no espera respuestas, se echa encima de la puerta y la abre con su peso, invade la habitación y enciende la luz. La larva ha vomitado por todas partes y luego se ha caído al suelo, exactamente sobre el vómito fresco.
«Dios mío!! ¿Qué le has hecho? ¿La has violado?»
«Mamá, por favor, habla despacio!! Escúchame!!»
«¿La has violada y luego la has maltratado? Dime!!»
«No, mami!! Todo lo contrario!! Deja que te explique!!»
«¿Primero la maltrataste y luego la violaste?»
Mi vieja se agacha sobre la larva y no le da asco.
«Pero, está sucia!! Está llena de caca!!¿Que pasó? Ayúdame!! Llevémosla para que se lave!!»
No me da tiempo para explicar, tomamos a la larva y la llevamos a la ducha. Trato de mantenerla derecha, mientras mi vieja regula la temperatura del agua.
«Pero está llena de moretones!! ¿Qué le has hecho, hijo mío? ¿Le has apagado cigarrillo en el cuerpo?
Entonces, ¿fumas? ¿Y cuando empezaste a fumar?»
Cuando llegamos a las bragas sucias y rotas, descubrimos que la larva tiene un grifo de carne en medio de un contexto desordenado.
«Pero.. ¿qué es esto?»
«No te preocupes, mamá. Lo hago yo!!»
«Entonces… ¿no es una mujer? ¿Es un hombre? Oh, Dios mío!! Hijo mío!! Pero ¿por que no me lo dijiste antes, Bruno? ¿Por qué has dejado que creyera…? Deberías haber hecho el outing!! Salir!!»
Dejo de sostenerla para explicar, pero la larva se derrumba sobre las baldosas de la ducha como un saco de patatas y deja de quejarse. Traigo una toalla, la secamos, le ponemos mi pijama limpio y la llevamos a la cama.. El cubrecamas está lleno de caca, lo sacamos y la metemos debajo de las cubiertas. La almohada se ensucia de inmediato, a la larva le sale sangre de narices.
«Rápido!! Un poco de hielo!!»
En la cocina Drilo ronca tranquilo delante de la TV. No hago ruido. Cuando vuelvo, mi vieja tiene la cabeza de la larva levantada y la toalla mojada sobre la nariz.
«Vamos, verás que ya te pasa!! Respira por la boca, vamos!!»
Las mismas palabras que me decía cuando era pequeño y me llegaba un pelotazo en la cabeza.
«¿Sabes que se llama Sissy?»
«¿Te ha dicho su nombre? ¿Te ha hablado?»
«Pero, ¿no le has pegado tú?»
«No, no le he pegado yo, mamá!! Ni siquiera lo conozco. Le hemos recogido por la calle con BiDi y Stittix. La hemos encontrado en un paso subterráneo y la hemos cargado en el coche. Le habían pegado y botado entre los deshechos, mamá!! Podía morir allí.»
«¿Por qué no lo llevaron al hospital?»
«Fue lo primero que hicimos, pero apenas nos acercamos a la Urgencia, empezó a gritar. No quería. Sabes, si has sufrido violencias, tienes que hacer la denuncia...»
«Supón que es una clandestina, pobrecita!! Mira, se ha quedado dormida!! Ya no sangra más. Meno mal!! »
«Vete, mami.!! Ve a dormir!! Me quedo yo!!»
«Bueno, entonces bajo. ¿Logras estar despierto toda la noche? Mañana tienes que ir a la escuela, tienes que entregar la tesina!! Llámame si quieres que te dé el cambio!!»
«Sí, mami, gracias!!»
«Y pon la ropa sucia en la cesta!!»
Mi vieja baja, se va a dormir y yo me recuesto en el sillón, junto a Sissy. Le corro el cabello mojado de la cara tumefacta. Dios mío, haz que no se muera!!
Helene Paraskeva nació en Atenas. Ha estudiado en Grecia, en Italia, en el Reino Unido. Vive y trabaja en Roma. Además de la enseñanza curricular (enseña lengua y literatura inglesa) en el Instituto "G. Caetani" de Roma, en los últimos años organiza y coordina proyectos multiculturales colaborando con Universidades, ONG y otras entidades en el sector de la mediación intercultural. En Italia, ha publicado cuentos en revistas literarias y antologías y los libros: Il Tragediometro e Altre Storie (El Tragediómetro y otras historias) (cuentos, Fara ed. 2003), Nell'uovo cosmico (En el huevo cósmico) (novela, Fara ed. 2006), Global Issues in English Literature (Problemas globales en la Literatura inglesa) (texto antológico de literatura angloamericana con reflexiones interculturales para las Escuelas de enseñanza superior, CLITT 2003).